… que siguen sacándome la sonrisa años después.
Hace tres años por estas fechas andaba yo de pre-parto. Justo un día antes le escribía a Zambra por última vez en nuestro diario de embarazo y le explicaba mi inmenso deseo de verla y de abrazarla, dándole las gracias por cada uno de los meses que había habitado en mí, por el proceso y animándola a no tardar mucho en salir… diciéndole que ya estaba todo preparado parta recibirla, en especial mi corazón y el de papá.
Los dos tres días de pre-parto fueron de las cosas más hermosas que me han pasado en la vida, especialmente ya que mi parto no puedo ser como me hubiera gustado y sirven un poco de baremo y compensación.
Os dejo en clave de humor unos detallitos míos porque lo quye se escribe toma vida propia y jamás se olvida…
1- Si en la semana 35, ya bien majica, pensabas como yo que en la 39 no podrías ni moverte. Cuando llega la 39 y te ves como una rosa, contracción va contracción viene en mi caso, pero más ágil y segura… das gracias a la naturaleza por encajar a tiempo la cabeza del bebé.
2- Los zapatos que desde hace unos días te ha de abrochar tu marido, cuando no está "tachán" se sustituyen por unos zuecos blancos de enfermera que por cierto a ti te da la sensación que con tanta barriga ni se te ven , pero se ven, se ven a kilómetros.
3- Con el pelo castaño sin teñir (yo fui de las que optó por reducir todo tipo de químicos en mi vida diaria) y las puntas rubias me veía tan tan guapa. Hay ilusa de mí que pensaba que nada más parir volvería a ser rubia… Ahí tengo las fotos del mes y las 6 semanas, casi morena ;-) y no me importaba lo más mínimo
4- Tú sabes que hay un dicho, sí, eso del sexo y la oxitocina, y así como quien no quiere la cosa te propones pegar el polvo del siglo y va y funciona, tres horas más tarde ya te estás arrepintiendo de…
5- No haber hecho la cena romántica, esa que te despide de tu vida de pareja para ser familia, porque ya jamás por suerte y maduración se vuelve a ser pareja de la misma manera, y es que donde caben dos no solo caben tres, sino que se está a gustito.
6- Vuelves a comer chocolate, tú -la chocolatera de toda la vida- que llevas todo el embarazo sin probarlo porque no te apetece lo más mínimo e incluso has escrito en tu diario con nostalgia que esperas recuperar tu adicción algún día. Pues de repente, tu cuerpo te lo pide y sabes que se acerca el gran día, así de dulce.
7- Me pasé tres días en casa casi sin luz natural y venga a poner velas, para mí era lo más normal del mundo, eso y la musiquita acorde con mi introspección. Para mi pareja no tanto pero lo respetó con una sonrisa.
8- El tapón mucoso existe y además se cae en el suelo del váter y tú le gritas a tu pareja entre emocionada y nerviosa que venga a ver corriendo esa maravilla de obra de arte que ha salido de tu cuerpo. Un paso más.
9- Yo que tenía el teléfono de dos vecinas por si me ponía de parto mientras llegaba mi pareja y cuando llegó el momento quería estar sola, y lo mejor, estaba tan tranquila.
10- Podía pasarme horas jugando con Zambra que era una bailonga, incluso al final, se movía menos pero se movía, adivinando sus brazos, observando sus movimientos. Eso sí no hubo manera de grabar un vídeo decente, con la cámara encendida la niña se paraba.
11- Durante el embarazo, me hice tantas fotos vestida y desnuda, pero me faltó la sesión profesional y elegir otro sitio q no fuera el baño. Hija mía, ya verás, la mitad de mis fotos de embarazo son de serie B.
12- No se va el apetito, no, no, solo cambia un poco, una come incluso entre contracción y contracción y vas por el pasillo caminando para llevar el plato a la cocina y respiras agarrada a la puerta si te pilla una contracción, ay mi Zambra que ya vienes.
13- Se puede dormir cada 7 minutos, pues claro, 6 durmiendo y el séptimo sentada en la cama porque no podía con la contracción tumbada, y así 4 o 5 horas durante un par de noches y oye descansa una, casi más que la pareja.
14- La música de Rosa Zaragoza que yo pensaba usar de banda sonora, pasó a música feng shui, a flauta japonesa y a reggae lo que me pedía el cuerpo para alegría de mi marido. Algo tiene el reggae que relaja y armoniza. El más feliz con el cambio de banda sonora mi pareja, aunque no lo dijera en voz alta.
15- Un poco antes del parto tu intestino empieza a vacíar todo lo que necesita, para que luego nos hablen de edemas y otras tonterías. Otro paso más, qué grande ir reconociéndolos!
16- Yo quería parir con mi pubis a lo afro, me hacía sentir fuerte, nada de depilaciones en el embarazo, salvaje y linda estaba yo y tan contenta.
17- Guardo como un tesoro la libreta donde mi pareja apuntaba las contracciones y eso que no sabíamos medirlas bien pero estaba tan ilusionado. A la hora de la verdad, creo que como casi todos, dejamos de contar.
18- Mi madre insistía en volverse a su ciudad y en que no estaba de parto todavía al verme tan vital y de tan buen humor ese mismo día por la mañana, esa noche ya estaba de parto.
19- Tengo unas fotos a oscuras que me encantan, allí en pijama a la luz de las velas y destartalada estaba toda mi ilusión por verle la cara. (ver foto inferior).
20- Mandar a tu pareja a dormir es uno de los placeres más hermosos para ambos. Tú te quedas con tu hija y tu soledad, él descansa para las dos noches casi sin dormir que le esperaban.
21- Recuerdo con cariño mi última comida, sopa de pollo y ensalada, comí poco pero me hizo bien.
22- Estar a punto de volver a comer jamón ibérico no se me pasaba por la cabeza hasta que parí. Ni tres horas tardé en comerme el primer bocata al día siguiente, uno detrás de otro.
23- Durante esos días, te di tantas veces gracias por existir dentro de mí, sabía que aunque podían más las ganas de verte iba a echar de menos la fecunda presencia de esa barriga.
24- El papá de Zambra me parecía tierno y guapísimo, como todo el embarazo. Supe de nuevo que no podía haber elegido otro compañero mejor.
25- El pre-parto es maravilloso, ninguna mujer a no ser por causas médicas muy justificadas debería perderse la oportunidad de ver a su cuerpo avanzar por instinto, de observarse y recrearse, en esos últimos momentos en los que una es una mujer de dos corazones (o a veces de tres), una se siente muy poderosa y mágica, es una sensación increíble.
26- Gracias Zambra, gracias hombre mío, por estar ahí, cuando llegó la hora, porque me sentí muy acompañada desde dentro y desde fuera. Gracias a ambos. Os quiero tanto.
Myriam Moya Tena.
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