ARROW, REVENGE, PERSON OF INTEREST, EL TÍO LA VARA
Si un hombre rico mata a otro hombre rico, quizá sea un superhéroe.
En el mundo real si un pobre mata a un rico se llama asesinato, quizá anarquía o revolución si son muchos pobres contra muchos ricos. Si un rico mata a un rico se llama accidente de caza o investigación irregular de la policía o abogado caro.
En la ficción si un pobre asesina a un rico es un drama social o un procedimental (asesinato vulgar o venganza que conduce al autor al presidio). Si un rico mata a otro rico puede ser procedimental (celos o negocios). Si la víctima es un villano, un villano rico, es una historia de héroes o superhéroes.
SÓLO UN RICO PUEDE ACABAR CON UN RICO
Algunas de las últimas series de televisión dicen que sólo los ricos pueden ejercer la justicia contra los ricos. No es un argumento nuevo, pero ha eclosionado en los últimos años. El espectador medio obtiene la satisfacción de ver a ricos y poderosos mordiendo el polvo, en prisión o cosido a balazos.
EL MILLONARIO DISFRAZADO
Donde no llega la policía ni el fiscal del distrito llega el millonario disfrazado. Es el Zorro, es Batman, es Arrow, hijo de la casa DC como Bruce Wayne, nacido en plena Segunda Guerra Mundial como Flecha Verde y que ahora vive un renacimiento en la pequeña pantalla. Episodios ligeros, adictivos como las patatas fritas, plagados de agujeros lógicos y dramáticos que los espectadores perdonan porque Arrow lanza flechas al corazón, y no son de amor. Flechas justicieras.
En el discurso de Arrow no hay una línea que no hayamos oído antes en el Batman de Nolan: Arrow es el héroe que necesita la ciudad, es la respuesta a las grietas del sistema, es la respuesta a la impunidad del que se ha enriquecido con el sudor y la sangre ajena.
LA VENGANZA DE UNA NIÑA
La máscara de Amanda Clarke es la falsa identidad de Emily Thorne en Revenge, un Alejandro Dumas para adultescentes. Venganza de rabieta. Cocinada con tiempo más que con brío. De nuevo los agujeros acompañan las escenas. No importa. Se trata de una venganza contra la comunidad rica, ociosa e intocable de los Hamptons que amasa su fortuna enviando fábricas a Asia.
EL MILLONARIO ARREPENTIDO
La máscara y brazo armado del Sr. Finch es John Reese en Person of Interest. A diferencia de los millonarios Arrow y Amanda Clarke que se mueven por venganza, el Sr. Finch se mueve por la culpa, por haber creado una máquina de control.
HÉROES MILLONARIOS: FANTASÍA Y FRUSTRACIÓN
Arrow también representa una fantasía adolescente: dinero, mujeres, aparatos tecnológicos, cosplays (disfraz remedo de héroe manga), desahogo de la frustración mediante la violencia. La justicia es una excusa para las piruetas de artes marciales.
Amanda Clarke es el patito feo, la niña olvidada por todos, que no parará hasta ver cómo sus enemigos caen arruinados y desacreditados uno por uno. Su estrategia tiene mucho de hermandad ALFA BETA PI que hemos visto en cientos de películas. ¡Ánimo, Amanda!
Mr. Finch es el hombre corriente, con dinero, eso sí, que consigue ser un héroe: Si yo tuviera dinero, cuantas cosas barrería.
JUSTICIA POBRE, JUSTICIA RICA
La justicia de los pobres depende de los hombres honestos y capaces: el policía viejo que nunca aceptó sobres, el policía joven idealista, la fiscal latina o afroamericana ambiciosa o el abogado prestigioso en un momento sentimental. Estamos en Canción Triste de Hill Street, The Wire o Ley y orden.
La justicia de los ricos depende de cachivaches para matar, tecnología punta para investigar y vigilar, considerarse por encima del sistema legal vigente.
"Pero nadie como el Tío la Vara", dice mi mujer que me escucha escribir en voz alta. "Más de uno merece un varazo", concluye. “Aquí no hay nivel para la cleptocracia; aquí tenemos mangacracia”. Y en la mangacracia, el Tío la Vara es el héroe que necesitamos (los espectadores).
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