Con la crisis, ha llegado un auténtica obsesión por el precio por parte de los clientes, lo que ha dado lugar al fenómeno ‘low cost’ en el ámbito de los servicios, afectando a negocios como la imagen personal (peluquería, estética, depilación), servicios jurídicos, asesoría, e incluso, la medicina (dentistas, podólogos, etcétera).
Esta situación está afectando a los precios que los distintos profesionales cobran por sus servicios, al tirarlos literalmente, hasta el punto de que los profesionales más reputados están teniendo problemas reales para mantener a flote sus negocios, al existir una población cada vez más sensible al precio.
Aunque en algunas ocasiones son conocidos los riesgos asociados al contratar servicios de menor calidad, e incluso los que se prestan por ‘no profesionales’, la drástica situación por la que atraviesa la economía española, hace que cada vez se valore más el precio que la calidad, al menos para una parte importante de la población.
Para defendernos de estos ‘ataques’ solamente nos cabe una acción, y no es otra que ofrecer sólo aquello en lo que sí podemos diferenciarnos, la calidad. Porque como caigamos en la espiral del fenómeno ‘low cost’, podríamos llegar al desprestigio profesional, y también, a una pérdida de competitividad que puede ir más allá de nuestras fronteras.
En Pymes y Autónomos | Debemos ser claros en cuanto a nuestras tarifas
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