Los futbolistas son los actuales gladiadores. Pan y circo, los nuevos héroes, los ejemplos a seguir, la inspiración de muchos, el aliciente de los fines de semana para aparcar la realidad. Nos metemos en su piel y jugamos, (nuestro equipo, decimos el "nuestro" es elocuente), queremos ser como ellos.
Pero a este futbolista, a Falo, le llaman "monstruo", no solo por lo bueno que es jugando al futbol, sino por una razón más aparatosa que pronto el lector descubrirá. El sobrenombre es más una constatación de lo que es en el fondo de su ser, en su pulsión vital y no por el juego que desarrolla en el césped.
Nicolás Melini (Santa Cruz de la Palma, 1969), que es un excelente escritor (busquen Pulsión del amigo) que te lleva con su prosa económica y precisa hasta el borde de la historia, ha creado un personaje redondo dentro del mundo de los criminales.
El futbolista asesino (Editorial Casa de Cartón, 2012) es una de esas novelas que tienen que buscar, leer y luego temer. Un texto de una intensidad extenuante y que requiere de un ejercicio físico importante. El perfil de Falo, jugador canario de futbol, va desarrollándose con una precisión de manual hasta hacernos ver de frente la maldad, tan cerca y evidente que da miedo.
Pero no se queden en la superficie, que la brutalidad nos les deje perder de vista las conexiones humanas debajo de la trama. La relación entre los personajes, el amor llevado a la violencia extrema, la doble vida, la admiración de los que rodean a Falo en la novela, nuestro gesto de horror porque nosotros sabemos la verdad… una novela breve que les dejará exhaustos y les pedirá una segunda lectura para no perder detalles, que son muchos. No hacen falta muchas palabras cuando uno tiene las justas y esa es una de las grandes virtudes de Melini: precisión estética y una visión del desarrollo de la historia que le permite repartir bien el juego (ya que de futbolistas va la cosa), dosificando bien.
Esta novela les va a enganchar desde el primer minuto del partido literario. Lo que ha conseguido Nicolás es muy difícil en este tipo de novelas: un equilibrio entre belleza y maldad, entre el horror y lo mágico, entre el amor, la pasión y la muerte, engastado todo ello en una historia que no se detiene en ningún momento.
Pero ¿hay o no fútbol en la novela? Lo hay y narrado en directo desde el terreno de juego. Las emociones, la tensión, el rival, todo ello visto desde las entrañas del monstruo, desde la perspectiva del asesino.
Al final (no doy pistas), el giro que toman los acontecimientos les va a sorprender, hace que se agigante la sombra del drama y se robustezca. Un acierto estructural, de distancia y de ritmo que en ese quiebro final, en ese último pase de la muerte al hueco como dicen los futboleros, no se pierde.
Todo ello confirma que al escritor canario hay que contarlo entre los fichajes más relevantes del panorama actual y que no hay que perderle de vista de ahora en adelante.
Más información | Ficha en Casa de Cartón.
En Papel en Blanco | Dentro del monstruo.
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