Nos atrevemos a decir que tenemos o no tenemos tiempo sin darnos cuenta que es él el que tiene poder sobre nosotros. Marca nuestra existencia, desde lo más nimio de nuestro día a día a los hechos más transcendentales de nuestra vida. Poco podemos hacer nosotros sobre él. No podemos pararlo, ni acelerarlo, ni ralentizarlo… Pero ¿y reinventarlo? Lavazza, al menos, ha hecho algo parecido.
En concreto, la marca de espresso italiano ha tratado de reconstruir la manera de percibir el tiempo con su almanaque 2013. Un social calendar denominado Opera Viva, en el que Lavazza ha contado con la colaboración de Marco Brambilla.
El artista digital ha condensado en una sola jornada los 365 días del año que comenzó hace apenas un par de semanas. A su vez, ha dividido ese mismo día en doce segmentos. Cada uno de ellos representa un mes del año, e, idealmente, cada mes corresponde, a su vez, a un lapso de tiempo de dos horas del día.
Porque para Brambilla, al igual que "cualquier hora del día implica una percepción colectiva, una actividad, una visión, y cada día, esas horas se repiten con simetría, con variación", lo mismo ocurre con los meses del año: "Cualquier mes del año implica una percepción colectiva, una actividad, una estación. Cada año, esos meses se repiten con simetría, con variación".
Para materializar su idea, el artista concibió Opera Viva como una especie de caleidoscopio. Un collage virtual donde las imágenes y la música debían representar una concepción del tiempo puramente relativa. O como dice Brambilla: "Es un intento por reconstruir la propia idea del tiempo y representarla como si se basara más en el flujo de la consciencia que en ciclos lunares o solares".
Pero el nuevo calendario debía ser también un proyecto social. De hecho, el social calendar de Lavazza se ha creado a partir de las más de cien propuestas seleccionadas por el propio Brambilla a partir de los miles de fotografías y vídeos subidos por los usuarios a la web y la página de Facebook "Lavazza Espress Yourself", o enviados a través de la aplicación Opera Viva para móviles y tablets.
Una vez seleccionadas las piezas, Brambilla procedió a componer el almanaque. En él, cada segundo-hora-momento del día está marcado por las emociones-acciones asociadas a esa hora del día y mes del año, y cada una de estas, a su vez, está representada por espectaculares fragmentos visuales. Así, la luminosidad del neón representa la franja horaria de enero (00:00-02:00) la primera del día, y en la que nos preparamos para dormir.
Los sueños presiden febrero (02:00-04:00)
La oscuridad, en marzo (04:00-06:00)
En abril, el despertar (06:00-08:00)
En mayo toca arreglarse (08:00-10:00)
En junio, el trabajo (10:00-12:00)
Con julio llega el sol (12:00-14:00)
La sombra, en agosto (14:00-16:00)
Septiembre es la hora punta del calendario (16:00-18:00)
Octubre es el hogar (18:00-20:00)
La comida inspira el segmento de noviembre (20:00-22:00)
Y el último, diciembre, termina con diversión (22:00-00:00)
Opera Viva hace un guiño al 'número maldito' en el que acaba este año ya que dispone de una decimotercera sección. En él, Brambilla aprovecha para rendir tributo al café, "una bebida capaz de devenir el tiempo en rituales especiales, tanto privados como públicos". Y en especial, al famoso espresso Lavazza y a sus míticos calendarios a través de los que la marca mantiene su propia historia de amor con el arte desde hace 20 años.
Una historia que ha evolucionado a lo largo de estas dos décadas con el fin de recoger en cada almanaque la progresión y expresión del arte contemporáneo, "hasta alcanzar el punto en el que nos encontramos actualmente, un momento histórico en que la tecnología digital se ha combinado con el arte para crear nuevas formas de expresión", afirma Francesca Lavazza, directora de Imagen Corporativa del Grupo Lavazza.
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